La semana pasada, América Móvil había anunciado su intención de adquirir, a través de un intercambio de acciones, una participación en el grupo Carso Global Telecom, controlador de Telmex y Telmex Internacional (Telint). Esta operación supone la toma de control de ambas empresas de servicios fijos por el grupo mexicano de telefonía móvil, lo que permitirá a América Móvil establecer sinergias tanto con Telmex como con las subsidiarias de Telint en los diversos países en que opera. Y además, en el caso de Telint, América Móvil planea realizar una oferta para adquirir también todas las acciones que no están en manos de Carso Global Telecom, con lo que debería quedarse con la totalidad del control de la firma.
El movimiento, aunque inesperado, no era imprevisible. Hace tiempo ya que el principal rival de América Móvil y Telmex en América latina, el grupo Telefónica, inició el camino de la integración entre sus servicios fijos y móviles. En primer lugar, con una reestructuración corporativa a nivel global, iniciada en 2007, Telefónica dividió sus operaciones por regiones (España, Latinoamérica y resto de Europa), integrando las operaciones móviles subordinadas a esta estructura. De esta manera, concluyó una etapa donde las operaciones móviles, que respondían a Telefónica Móviles, se administraban de forma separada a las fijas. Ese proceso se acentuó a partir de fines del año pasado, con el anuncio del grupo español de reemplazar las marcas de todos sus servicios por el nombre comercial “Movistar” en España y Latinoamérica —a excepción de Brasil, donde mantendrá el nombre Vivo—. Este proceso deberá culminar en 2011.
América Móvil, en tanto, recién a comienzos de 2008 empezó a homogeneizar sus operaciones bajo la marca Claro —la que usa en la mayoría de sus mercados—. A fines de marzo del año pasado, las filiales de Argentina, Paraguay y Uruguay dejaron de lado el nombre comercial CTI Móvil y adoptaron Claro. También en algunas operaciones centroamericanas, como Nicaragua, la firma comenzó a imponer la marca Claro. Sin embargo, tres de sus operaciones más importantes, México, Colombia y Ecuador, mantienen las marcas Telcel, Comcel y Porta, respectivamente. Vale aclarar que la firma opera principalmente servicios de telefonía móvil, a excepción de Centroamérica y el Caribe, donde posee algunas operaciones de servicios de telefonía fija y televisión paga.
A septiembre de 2009, América Móvil contaba con 194,3 millones de clientes de servicios móviles, más 3,8 millones de líneas fijas en Centroamérica y El Caribe. Con la integración de Telmex y Telint, el grupo sumaría 17,3 millones de líneas fijas y 6,3 abonados de banda ancha en México (registrados a septiembre de 2009) y 18 millones de unidades generadoras de ingreso (UGI) sumando las operaciones de Brasil, Colombia, Chile, Perú, Ecuador, Argentina y Uruguay. En todos ellos, América Móvil tiene presencia en el sector de telefonía móvil.
Al tratarse de una maniobra que involucra varios países, la operación puede estar sujeta a la revisión de las autoridades locales. En ello tendrá que ver la política de cada país respecto al sector de telecomunicaciones —algunos están más orientados que otros hacia la integración de distintos servicios— y el grado de desarrollo de las operaciones tanto fijas como móviles y su posición en el mercado. Pero también, la presión que puedan ejercer los rivales de ambas compañías sobre las autoridades y la opinión pública para obstaculizar la operación.
Las situaciones más críticas podrían darse en México, Brasil y Colombia, dada la importancia tanto de las operaciones móviles como las fijas. Si bien en Argentina, Ecuador y Uruguay, América Móvil tienen una elevada participación en el mercado móvil, las operaciones de Telint en esos países no son demasiado relevantes. En Argentina y Uruguay, el foco de Telmex está en el segmento corporativo, y no tienen presencia en el mercado residencial. En Ecuador, donde adquirió operaciones de televisión por cable, ofrece servicio de triple play; sin embargo, se trata de una operación aún en desarrollo, ya que Telmex ingresó al mercado ecuatoriano recién en marzo de 2007, con la compra de Ecutel.
En Chile, Telmex también cuenta con una oferta de triple play, pero en este mercado América Móvil ocupa el tercer puesto en telefonía móvil, por lo que en principio podría pensarse que no debería haber mayores resistencias de parte de las autoridades. Además, se trata de un mercado con políticas abiertas a la convergencia de servicios —es uno de los primeros países latinoamericanos en adoptar la oferta de paquetes de triple play—.
Perú también ha comenzado a orientar su política a la convergencia de servicios. De hecho, hace algún tiempo las autoridades, para fomentar el desarrollo de la convergencia de servicios, establecieron una licencia única para los servicios de telecomunicaciones. Y por otro lado, está el antecedente del grupo Telefónica en el país, que domina en los sectores de telefonía móvil, telefonía fija, banda ancha y televisión paga. Así, América Móvil no debería enfrentar ningún obstáculo, en este sentido, en incorporar las operaciones de telefonía, banda ancha y televisión paga de Telmex en el país.
Distinto es el caso, como se dijo, de los mercados de México, Brasil y Colombia. En estas plazas, existen factores más complejos que podrían presentar resistencia a la fusión entre ambas compañías. Si bien hasta el momento los reguladores han sido cautelosos y no se han pronunciado respecto a las posibles medidas frente a la operación, vale la pena hacer un breve repaso para vislumbrar los posibles escenarios que podrían surgir.
En el caso de México, la relación de Telmex con las autoridades es bastante compleja. En telefonía fija, la compañía tiene una participación de más del 80 por ciento del mercado. Esto le valió, entre otras cosas, una declaración de dominancia en terminación de llamadas en redes fijas por parte de la Federal de Competencia (Cofeco) en noviembre de 2009, que abre la puerta para que se le imponga una regulación específica. También en julio de ese año Cofeco lo declaró dominante en los mercados de tránsito local y arrendamiento mayorista de enlaces dedicados. El operador tampoco consiguió hasta el momento que las autoridades le permitan ingresar en el negocio de la televisión por cable como estaba previsto en el Acuerdo de Convergencia, que permitió por otro lado a los cableoperadores ofrecer telefonía fija. Hubo también diferencias respecto a la consolidación de las Áreas de Servicio Local (ASL).
El panorama de Telcel, en este sentido, guarda algunas similitudes. Cofeco también declaró al operador celular con “poder sustancial en el mercado de telefonía móvil” de ese país por su mayor cobertura y volumen de la base de clientes, a fines de 2008.
Por otro lado, existe en el mercado mexicano una fuerte rivalidad entre Telmex y Telcel y operadores de la competencia. En especial, con las empresas del grupo Telefónica, y con los cableros agrupados en la Cámara Nacional de la Industria de Telecomunicaciones por Cable (Canitec). Justamente esta semana, Canitec reclamaba públicamente a las autoridades impedir la fusión, argumentando que ésta traería mayores beneficios para los dos actores, que “han hecho hasta lo imposible por evadir la regulación y permitir una competencia equilibrada en el sector”, según su comunicado.
Por otra parte, en el caso de Colombia, el principal aspecto negativo a tener en cuenta es la declaración de dominancia por la ahora denominada Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC, ex Comisión de Regulación de Comunicaciones, CRT) que pesa sobre Comcel (América Móvil). En virtud de ello, Comcel debió reducir sus tarifas de llamadas a otros operadores, por intervención del regulador.
Cabe aclarar también que Telmex es el principal operador de televisión paga del país, pero ello no aparecería, en principio, como un obstáculo. También el grupo Telefónica opera, además de telefonía móvil, el servicio de televisión paga vía satélite, y más importante, controla al principal operador de telefonía fija a nivel nacional, Telefónica Telecom.
Expertos recientemente consultados por el diario colombiano Portafolio aseguraban que Telmex no debería enfrentar impedimentos en suelo colombiano para concretar la fusión. Incluso, el ex superintendente de Industria y Comercio, Jairo Rubio, indicó que “todo parece indicar que ambas compañías corresponden a un mismo direccionamiento como parte de un grupo empresarial, lo que se constituye como una reorganización interna que no debería tener revisión de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC)”. Daniel Medina, viceministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, fue un poco más cauto al indicar que la cartera revisará el impacto una vez que el anuncio se concrete. “Esos análisis nos permitirán definir si hay lugar a la formulación de nuevas medidas de tipo regulatorio” explicó Medina.
Analistas de la firma mexicana IXE creen que las investigaciones por prácticas monopólicas podrían ser un obstáculo para la unión de ambas compañías, especialmente en México y Colombia. Al requerir de la aprobación de los reguladores de cada mercado, la operación podría demorarse cerca de un año, según IXE. En tanto, desde la casa de bolsa BBVA Bancomer apuntan que las autoridades antimonopolios podrían solicitar que las operaciones de telefonía fija y móvil se mantengan separadas.
En el panorama brasileño, si bien tanto América Móvil como Telint poseen operaciones de importancia, no aparece tan complejo, al menos en principio. Brasil es el mercado más fuerte de Telmex Internacional. Allí, controla a Embratel, por un lado, y al cableoperador Net Serviços, por otro. También Claro (América Móvil) es uno de los operadores con mayor participación de mercado: con un 25,5 por ciento del mercado, es el segundo operador celular por cantidad de usuarios, detrás de Vivo (Telefónica y Portugal Telecom). Pese a ello, hasta el momento no han surgido previsiones de posibles obstáculos regulatorios. Más aún, está el antecedente reciente de la fusión entre Oi y Brasil Telecom, autorizada por los reguladores. Esta compañía opera servicios de telefonía fija y móvil, televisión paga y banda ancha. Pese a esto, no sería descabellado pensar que la Agência Nacional de Telecomunicações (Anatel) intente imponer alguna condición a la operación, que podría variar desde alguna restricción puntual hasta obligaciones de metas de expansión del servicio, una política que la autoridad brasileña ha utilizado con frecuencia recientemente.
A modo de conclusión se puede indicar que, pese a que las entidades de regulación de competencia y de telecomunicaciones probablemente esperarán que se concrete la fusión para pronunciarse al respecto, los mercados que podrían presentar una situación más compleja son México y Colombia, y en menor medida, Brasil. Como se mencionó, entrarán a tallar diversos factores, como la política regulatoria y los antecedentes de cada mercado, y la presión que pueda ejercer la competencia. Otro punto a tener en cuenta es que se trata de una fusión que no suma posición de dominancia en un mismo servicio, puesto que Telmex y Telmex Internacional no ofrecen servicios móviles, así como América Móvil no presta servicios de telefonía fija, TV paga o banda ancha fija. Por lo tanto, una fusión no conlleva un aumento de la participación en un mismo mercado, sino en distintos mercados de telecomunicaciones.
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